Si un niño no puede soñar, no podrá cambiar el mundo…

Si un niño no puede soñar, no podrá cambiar el mundo; sin sueños no hay esperanzas no haydscn12861 futuro posible de modificar.  Acabamos de regresar de nuestro encuentro cultural en Puerto Saavedra, creo no equivocarme al decir que nos tomará días poder asimilar todo lo vivido y experimentado.  Volver a lo simple de la vida, como es el compartir una mesa, una conversación o una actividad, nos devuelve la posibilidad de centrar nuestras vidas y centrar nuestras prioridades en lo realmente importante; las personas.

Vivimos en una vorágine que nos envuelve de desafíos y metas, pero pocas veces nos detenemos a pensar si son éstas metas las que realmente queremos alcanzar y para qué.  Hemos hablado en otras oportunidades de educación, hoy me quiero centrar en la educación valórica, la que nos permite efectivamente ser más humanos, estar más en harmonía con nuestro medio social y natural.  Estamos contextualizándolo todo,  términos como sustentabilidad, responsabilidad social, sólo se quedarán en la teoría, sino nos replanteamos nuestra actitud frente a la vida y a lo que queremos sembrar en ella, con énfasis en las personas y un mundo plenamente integrado y sensibilizado.

Si un niño no puede soñar, no podrá cambiar el mundo; sin sueños no hay esperanzas, no hay futuro posible de modificar; ¿qué hace a un niño distinto del otro?, su altura, su inteligencia, su color de pelo o de ojos.  Escuche decir a alguien” si supiera que viene con Síndrome de Down, lo abortaría”, ¿es qué desde antes de nacer los queremos perfectos?  El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional; las madres de los niños y jóvenes con discapacidad de Puerto Saavedra sienten y han sentido dolor por sus hijos, sin embargo su opción no ha sido el sufrimiento,  y a pesar de las dificultades, ellas enfrentan este desafío con Amor y coraje, buscando oportunidades para convertir los sueños de sus hijos en realidad.  Sí,  han sentido dolor, pero su opción no ha sido el sufrimiento, con valentía y determinación perseveran por la rehabilitación e integración de ellos en la sociedad.

Si un niño no puede soñar, no podrá cambiar el mundo, a través de sus madres los niños de la Agrupación  Kom Newen Tuleayin Tañi Pu Che, sueñan que mañana será diferente, sueñan con futuro mejor.

Escrito por: A. Teixidó

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